La importancia del líquido refrigerante o anticongelante.

Introducción al Sistema de Refrigeración

El sistema de refrigeración es una parte esencial del motor de un vehículo, diseñado para regular la temperatura del motor y garantizar un funcionamiento óptimo. Este sistema desempeña un papel crítico al prevenir el sobrecalentamiento, lo que puede conducir a fallas mecánicas severas y un desgaste prematuro del motor. Los componentes principales del sistema de refrigeración incluyen el radiador, la bomba de agua, el termostato, y los conductos de refrigerante. Cada uno de estos elementos debe funcionar en perfecta armonía para mantener la temperatura del motor dentro de rangos seguros.

El radiador es quizás el componente más relevante; su función principal es disipar el calor del refrigerante que ha absorbido del motor. A medida que el refrigerante caliente fluye hacia el radiador, se enfría al entrar en contacto con el aire exterior, lo que permite que el ciclo se repita. La bomba de agua actúa como el corazón del sistema, promoviendo la circulación del refrigerante a través del motor y el radiador. Sin una bomba de agua efectiva, el refrigerante no podría fluir adecuadamente, lo que podría provocar un rápido aumento de la temperatura del motor.

El termostato, por su parte, regula la temperatura del refrigerante. Cuando el motor está frío, el termostato permanece cerrado, permitiendo que el refrigerante fluya en un circuito cerrado hasta que se alcance una temperatura óptima. Una vez alcanzada, el termostato se abre, permitiendo que el refrigerante fluya hacia el radiador para su enfriamiento. El mantenimiento de un sistema de refrigeración eficiente es crucial, ya que un sistema comprometido puede resultar en un sobrecalentamiento del motor, lo que conlleva a daños considerables y costosos. Por lo tanto, la atención regular a estos componentes garantiza la longevidad y el rendimiento del motor.

líquido refrigerante

¿Cuándo es el momento adecuado para cambiar el líquido refrigerante de tu coche?

El líquido refrigerante es esencial para el funcionamiento óptimo de tu vehículo. Regula la temperatura del motor, evitando el sobrecalentamiento y asegurando un rendimiento eficiente. Sin embargo, es crucial saber cuándo cambiarlo, ya que esto contribuye a prolongar la vida útil del motor y evitar costosas reparaciones.

Frecuencia de cambio del líquido refrigerante

En general, se recomienda cambiar el líquido refrigerante cada 60.000 kilómetros, aunque esta cifra puede variar según el tipo y calidad del refrigerante que utilices. Además, es importante revisar de forma periódica el estado y los niveles del líquido, especialmente con el cambio de estaciones. El tiempo, junto con las condiciones de uso del vehículo, puede afectar la efectividad del refrigerante.

Revisiones estacionales y caducidad

Durante el año, es prudente revisar el líquido refrigerante. En climas fríos, asegúrate de que esté en buenas condiciones para prevenir congelaciones. Por otro lado, en épocas de calor, verifica que mantenga la temperatura adecuada del motor. Recuerda que todos los anticongelantes y refrigerantes tienen una vida útil limitada; por eso, es fundamental estar atento a la fecha de caducidad y realizar los cambios necesarios a tiempo para garantizar la protección del sistema de enfriamiento.

¿Por qué es crucial el sistema de refrigeración?

Las estadísticas indican que el 22% de las fallas del motor están vinculadas a fallos en las piezas del sistema de refrigeración, mientras que un 40% más se asocia directamente con errores en dicho sistema. Esto implica que hasta el 62% de las fallas del motor se originan por problemas en el sistema de refrigeración. Mantenerlo en óptimas condiciones no es solo recomendable, es esencial para evitar costos significativos en reparaciones.

El papel del anticongelante

Una creencia común entre los conductores es que el anticongelante solo debe reemplazarse antes de la temporada invernal, asumiendo que su principal función es evitar que se congele. Sin embargo, esto es un mito. La vida útil del anticongelante no se relaciona directamente con el punto de congelación a menos que se mezcle con agua o líquidos de menor calidad. Por lo tanto, es vital hacer un cambio regular del anticongelante para prevenir la corrosión y el deterioro interno del sistema de refrigeración.

¿Qué significa un buen mantenimiento?

Un correcto mantenimiento del sistema de refrigeración significa que: no solo debemos garantizar que el motor no sobrecaliente y no haya fugas, sino también que se utilice un anticongelante de alta calidad. Los aditivos presentes en el anticongelante son cruciales para proteger el sistema de refrigeración contra la corrosión y la acumulación de depósitos. Al utilizar una mezcla de etilenglicol y agua de buena calidad, facilitamos que nuestro motor funcione de manera eficiente y prolongamos su vida útil.

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Los productos anticongelantes se dividen en tres grupos según el tipo de aditivo: silicato (tradicional), carboxilato (moderno, marcado LLC – Long Life Coolant) e híbrido (una mezcla de aditivos de silicato y carboxilato). Además, existen aditivos con propiedades antiespumantes diseñados para evitar que el anticongelante forme espuma en la bomba de agua de refrigeración.

A medida que los aditivos del anticongelante se desgastan y pierden su efectividad, el sistema de enfriamiento del motor se vuelve susceptible a la corrosión y la formación de espuma del refrigerante, provocando la famosa cavitación, lo que en última instancia aumenta en gran medida el riesgo de falla del motor.

El anticongelante de silicato forma una capa protectora sobre superficies metálicas de hasta 0,5mm. Al proteger el metal de la corrosión, esta capa actúa simultáneamente como aislante, sin embargo, produce cierta desventaja ya que impide la propagación del calor debido a su baja conductividad térmica.

Las piezas del motor funcionan constantemente a temperaturas superiores a las previstas por el fabricante, sobrepasando el punto de ruptura y resistencia a la fatiga de los materiales. Esto provoca un desgaste acelerado del motor, pérdida de potencia y mayor consumo de combustible. Sumado a este problema de temperatura y deterioro de las partes internas, el aceite de motor envejece aún más rápido y pierde sus propiedades de lubricar, enfriar y limpiar.

Anticongelantes de Tecnología de Ácido Orgánico: Ventajas y Beneficios

Los anticongelantes de tecnología de ácido orgánico están diseñados para ofrecer una protección superior en los sistemas de refrigeración de vehículos. Estos productos forman una capa protectora de menos de 0,0006 mm de espesor en las áreas donde podría haber corrosión. La innovación detrás de esta tecnología permite que la superficie interior del sistema de refrigeración, que generalmente no está expuesta a la corrosión, mantenga libre el área de películas que puedan interferir con la transferencia de calor.

Composición y Beneficios de los Anticongelantes Modernos

Este tipo de anticongelante se elabora con aditivos a base de ácidos orgánicos (carbonatados) y está completamente libre de sustancias inorgánicas perjudiciales como aminas, boratos, silicatos, nitritos y nitratos. Gracias a la tecnología de ácidos orgánicos, se logra un bajo consumo de aditivos, lo que resulta en una tasa de agotamiento del anticongelante de carboxilato que es menor que la de los productos basados en silicatos. Esto se traduce en un rendimiento más eficiente y en una extinción del anticongelante que puede durar hasta 5 años o 100,000 km.

Conclusiones sobre el Uso de Anticongelantes de Ácido Orgánico

En resumen, los anticongelantes que utilizan tecnología de ácido orgánico ofrecen ventajas significativas en comparación con opciones más tradicionales. La combinación de un bajo consumo de aditivos y una mayor durabilidad contribuye no solo a la protección del sistema de refrigeración, sino también a la longevidad del motor. Adoptar este tipo de producto es una decisión inteligente para cualquier propietario de vehículo que busque maximizar el rendimiento y disminuir la frecuencia de mantenimiento.

Importancia del pH en el Anticongelante y/o líquido refrigerante:

¿Qué es el pH del Anticongelante?

El pH del anticongelante es un indicador crucial que mide la concentración de iones de hidrógeno en la solución. Este indicador revela la agresividad del anticongelante sobre los metales del motor. Un pH adecuado es vital para prevenir la corrosión y mantener la integridad de las piezas metálicas.

Peligros del pH alto en el Anticongelante

Cuando el pH del anticongelante se eleva por encima de 9,5, la solución se vuelve alcalina, lo que no es seguro para los metales no ferrosos. Esto provoca la corrosión alcalina, especialmente en piezas del motor compuestas de aleaciones de aluminio. La corrosión alcalina es más peligrosa que la ácida, ya que puede causar microfisuras invisibles que, bajo vibración y tensión mecánica, pueden expandirse rápidamente.

¿Cuál es el pH adecuado para el Anticongelante?

Generalmente, el pH del anticongelante está en un rango entre 7,5 y 9,5. Rara vez se permite un pH superior a 11,0, que solo es aceptable en motores con bloques de cilindros de hierro fundido. Una solución ligeramente alcalina minimiza la tasa de corrosión. Sin embargo, el pH puede disminuir con el uso debido al agotamiento de aditivos y la oxidación del etilenglicol. No se recomienda utilizar anticongelantes con un pH inferior a 6,5, ya que esto puede aumentar el riesgo de corrosión.

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